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Cómo preparar una exposición

Tal y como hemos dicho anteriormente, el modo de exponer es tan importante como lo que se expone. Una planificación previa siempre ayuda.

Recuerda que el PowerPoint es para ayudar a explicar lo que ya sabes, por lo que, si no eres bueno improvisando, es importante que tengas algo en qué apoyarte por si te quedas en blanco.

Prepara un guión que contenga una estructura que permita a tus oyentes entender claramente el tema sobre el que estás hablando:

  • La Introducción (principio), donde tomas contacto con la audiencia y presentas el tema principal y los contenidos
  • El Desarrollo (mitad), donde explicas el tema y los contenidos con más detalle y los argumentas
  • El Cierre (final), donde resumes los principales contenidos y expones las conclusiones

Una buena idea es abrir y cerrar la presentación con textos que sean especiales.

Los primeros minutos sirven para generar expectativa e interés en la audiencia.

Los minutos finales deben utilizarse para dar un cierre, en el que se retomen o enfaticen conceptos que permitan recapitular los puntos más importantes que se trataron a lo largo de la presentación.

Para realizar una presentación es necesario utilizar de forma adecuada el vocabulario, ser concreto, directo y exponer el tema o asunto con la mayor elocuencia posible.

 A continuación te ofrecemos una serie de consejos que te pueden ayudar:

  • Lo que aparezca en la pantalla debe tener relación con aquello que estás hablando.
  • No leas literalmente la presentación. Las personas que leen difícilmente consiguen trasmitir el mensaje que desean. La lectura de un trabajo lo torna aburrido y el público pierde concentración.
  • El lenguaje del cuerpo es importante. El movimiento de manos y cuerpo enfatiza, refuerza puntos. El público recibe más información por lo que ve en la cara, manos y gestos.
  • Si es posible cambia de posición, no te mantengas estático mucho tiempo. Moverse por el escenario (sin emplear ademanes teatrales) agrega convicción a las palabras.
  • Modula, por favor: si es importante lo que decimos, mucho más importante aún es cómo lo decimos. Es fácil caer en un tono monocorde, sin inflexiones, que es aburrido y hace perder la concentración de la audiencia. El tono de voz debe cambiarse igual que se cambia en una conversación coloquial.
  • Debes evitar los tics y muletillas (“ahh”, “ehh”) muy desagradables para la audiencia.
  • Contacto visual con los presentes. Debe ser franco y con toda la audiencia. La mirada debe ser en abanico a todo el público.
  • Factor tiempo. Una buena presentación debe haber sido ensayada previamente, incluyendo la medición del tiempo exacto que requerirá.
  • Intenta conocer el lugar y los equipos, ya que eso te evitará un mal rato.
  • Por último y muy importante, mantén una actitud amigable en todo momento. Y no olvides que una sonrisa es la llave mágica para lograr la aceptación del público.

Ten en cuenta que el éxito de una presentación depende en gran manera de la claridad y calidad de la información expuesta, y recuerda que el protagonista es la idea y no la presentación.

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